La Economía Circular tiene como objetivo principal preservar el valor de los productos, componentes y materiales durante el mayor tiempo posible dentro de la economía. De esta manera, está orientada a la consecución de sistemas de producción y consumo más eficientes, gracias a ciclos continuos y regenerativos. Así se consigue reducir el consumo de materias primas y energía, y la generación de residuos y emisiones en los procesos productivos.
Se denomina «Alimentación Circular» a las estrategias de Economía Circular que son aplicables al sector agroalimentario en particular.
La aplicación de la economía circular requiere un cambio de visión tanto empresarial como territorial e individual, repensando la manera de producir y consumir. En este contexto, el Paquete de Economía Circular de la Comisión Europea impulsa estrategias de economía circular de manera transversal, con el objetivo final de reforzar la competitividad y resiliencia de la economía europea.
El modelo de Economía Circular impulsado desde la UE, sobre la producción y consumo de productos, tiene como finalidad el mantener el valor de los productos y materiales durante el mayor tiempo posible. En este los residuos y el uso de recursos se reducen al mínimo, y los recursos se conservan dentro de la economía cuando un producto ha llegado al final de su vida útil, con el fin de volverlos a utilizar repetidamente y seguir creando valor.
En el año 2018, la Comisión CE adoptó un nuevo Paquete sobre la economía circular a fin de estimular la transición de Europa hacia una economía circular que impulsará la competitividad mundial, fomentará el crecimiento económico sostenible y creará nuevos puestos de trabajo.